La pandemia no ha supuesto un cambio radical en el uso del efectivo, sino la aceleración de una tendencia social que venía evolucionando durante los últimos años hacia la digitalización.
El pago con tarjeta, la disponibilidad de los terminales y el descenso del uso del efectivo se ha visto acelerado por el cambio de hábitos de los consumidores hacia las compras y pagos electrónicos, sin embargo de ahí a que el efectivo desaparezca, hay un mundo.
Así lo recoge el informe de septiembre de 2020 «Tendencias e Innovación en medios de pago» de PaymentInnovation Hub, el primer centro de operaciones de innovación en España especializado en comercio y medios de pago impulsado por una alianza de empresas (CaixaBank, Global Payments, Samsung, Visa y Arval).
Y esta tendencia hacia compras y medios de pagos electrónicos no ha hecho más que empezar, con la popularidad de los pagos mediante e-wallets (billetera electrónica) y sistemas similares a partir del uso del teléfono inteligente, que también han vivido una notable aceleración a raíz de la COVID-19.Por otra parte, los sistemas de encriptado han aportado seguridad y confidencialidad a las operaciones, la barrera tradicional para la popularización de los pagos digitales y la extensión del comercio electrónico.
¿Seguirá reduciéndose el uso de efectivo durante los próximos años?
Sin duda seguirá reduciéndose el uso de efectivo a medida que se van consolidando los medios de pago electrónicos, pero llegará un momento en el que este descenso se estabilice y se produzca un sistema de convivencia omnicanal. El efectivo no va a desaparecer.
De hecho, la crisis sanitaria y las medidas de contingencia tomadas, han provocado el refuerzo de determinados valores personales y estilos de vida. En el ámbito del consumo destacan la revaloración del pequeño comercio, la preferencia por productos locales, el consumo responsable o la ecología. Por lo que la gente se seguirá acercando a los pequeños comercios para mantener ese rasgo tan característico de los seres humanos, la socialización.
La interacción física comercial permite, entre otros, poder salir a comprar, disfrutar del entorno exterior, tener experiencias en el punto de venta, conocer a la persona que nos está vendiendo su producto o servicio, poder ver el producto antes de comprarlo…
Esta interacción presencial derivará en la convivencia de los pagos en efectivo con los pagos electrónicos.
La tecnología para la gestión del efectivo en el punto de venta ha mejorado considerablemente en los últimos años. Si tienes un negocio, es vital que consideres la inversión en estos sistemas de automatización. El uso de sistemas de gestión de efectivo reduce en un 30% los costes relacionados con el efectivo.
Cambiar la forma tradicional de gestión de efectivo por una gestión automática conseguirá impulsar y mejorar diferentes áreas de tu negocio. CashGuard se encarga de contar el efectivo y cerrar la caja al céntimo cada día. El personal no tiene que contar el dinero de cada cuenta para dar el cambio, ni tampoco al inicio o final de su turno, siendo todos los cobros automáticos y correctos.
Con CashGuard en el punto de venta se podrá cobrar a más clientes en menos tiempo, optimizando las horas de los empleados. Horas que pueden dedicar a la atención y servicio al cliente, y a otras tareas más productivas para el negocio. Además, la compañía promueve la seguridad favoreciendo la higiene en el pago siguiendo los protocolos anti-COVID, evitando aglomeraciones en el punto de venta gracias al concepto seguro, fácil y fiable de CashGuard.
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¿Sabías que los pagos en efectivo reducen la desigualdad social existente? ¿Sabías que con los pagos en efectivo ahorramos más? En próximos artículos profundizaremos más sobre estos conceptos.